lunes, 31 de julio de 2017

MILENA JESENSKÁ, LA ENAMORADA DE KAFKA

Fue escritora y periodista, y durante mucho años fue conocida como “la enamorada de Kafka” debido a la edición de las cartas que el escritor le enviara, pero Milena Jesenká fue muchas otras cosas en su vida.
Hacia 1921, cuando Kafka ya está enfermo, Milena lo descubre en una revista y enseguida decide poner sus prosas alemanas en checo y se las envía a su editor.
Quien le contesta es el propio Kafka. Comienza así una correspondencia que, con toda justicia, se alinea en la propia bibliografía de Kafka como una más de sus obras: "Cartas a Milena".
Se vieron varias veces, Milena lo apremiaba para que se encontraran: Kafka vio un abismo allí. .
Al final hubo encuentro, cuatro días en el quicio entre 1920 y 1921 que fueron un momento pletórico. Kafka, a pesar de su enfermedad, logró ser un buen amante, un hombre optimista, locuaz y glotón capaz de dar largos paseos y de almorzar con el apetito de un remero.
A partir de ahí, la cuesta abajo. El hilo entre los amantes se rompe. Durante los siguientes dos años continuaron intercambiando cartas, pero sólo trataron temas sobre literatura.
A la muerte de Kafka, el 3 de junio de 1924, escribe en Viena una nota fúnebre para el diario Narodni Listy de Praga donde dice "tímido, retraído, suave y amable, visionario, demasiado sabio para vivir, demasiado débil para luchar, de los que se someten al vencedor y acaban por avergonzarlo".
Para Kafka, escribe la hija de Milena, las cartas suponían arrancarlo del sentimiento de la soledad: "Su amor vivió sólo en las cartas, aparte de breves encuentros. Kafka y Milena no tuvieron que confrontar su amor con la realidad".
En los años 30 Milena descubre el comunismo: emparejada en ese momento con un arquitecto de la vanguardia checa, las cartas que este le envía desde Rusia, donde lo han contratado, le dejan intuir que el comunismo es un sueño irrealizable y que Rusia es la tumba de ese sueño. 
Luego llega la pesadilla nazi. Escribe, entonces, un artículo muy hermoso sobre la tierra de nadie que separa Checoslovaquia de la amenazante Alemania nazi, sobre la frontera que se ha señalado antes de que empiece la pesadilla: "un niño podría destruir esa barrera absurda hecha de cordeles atados a los árboles".
Para Milena comienza una década trágica e intensa llena ,al mismo tiempo, de creatividad profesional. Por un lado se había hecho adicta a la morfina, se divorcia de su marido, es cada vez más reconocida como periodista, colabora en la prensa comunista pero pronto comienza el desencanto con el comunismo soviético, y denuncia tanto las purgas como la traición que habían sufrido muchos militantes comunistas judíos. Apoya a los refugiados alemanes que llegaban huyendo del régimen nazi.
Después de la ocupación de Praga, Milena se integra a la lucha clandestina contra los ocupantes y anda por la calle con una estrella amarilla prendida en la ropa sin ser judía.
Todos sus artículos, crónicas y reportajes sacan a relucir su enorme talento periodístico, su libertad de mente y su insobornable condición de persona opuesta a todos los que condenan la funesta manía de pensar
Fue detenida por la Gestapo en noviembre de 1939 y recluida en el campo de concentración de Ravensbrück, donde se convierte en enfermera. Los testimonios de las sobrevivientes hablan de su conducta animosa, solidaria y valiente que ayuda a mejorar la calidad de vida física y psicológica de las prisioneras.
Margarete Buber-Neumann  fue una destacada miembro del partido comunista durante los años de la República de Weimar. Sobrevivió a prisión, tanto en la Unión Soviética como en la Alemania nazi.
Buber-Neumann fue apresada y enviada al campo de concentración de Ravensbrük. Debido a que había renunciado al comunismo como resultado de sus experiencias en la Unión Soviética, fue tratada como prisionera relativamente privilegiada lo que le permitió sobrevivir cinco años en el campo.
Enseguida se hizo amiga de Milena, una mujer alta, que parecía no tener el menor miedo ni respeto por sus carceleros, que emanaba una insólita alegría, que se atrevía a contrariar a los guardias, y a la vez contrariaba a muchas otras presas que no veían con buenos ojos que se desafiara a los nazis.
A la prusiana Buber-Neumann, llena de prejuicios contra la expresión de emociones, le resultaba fascinante que la bohemia Jesenska hablara con tanta naturalidad de ellas, de dolor, de alegría, de felicidad, de amores. Fue así, en noches clandestinas, escapando de la vigilancia no sólo de los soldados que vigilaban el campo de concentración sino también de las demás presas, como Milena y Margarete fueron contándose sus vidas.  Milena ,ya muriendo, le dijo a Margarete que si por algo se alegraba de terminar sus días en Ravensbrück era por haberla encontrado a ella: "Sé que al menos tú no me olvidarás, que podré seguir viviendo en ti y les dirás a los demás quién fui".
Margareth, en 1963, publicó la biografía de su gran amiga Milena.

 CARTAS A MILENA
"Esta mañana volví a soñar contigo. Estábamos sentados uno junto al otro y tú me rechazabas, sin enojo, con toda amabilidad. Yo me sentía muy desdichado. No por el rechazo, sino por mí, que te estaba tratando como  a una mujer muda y no escuchaba la voz que salía de ti y se estaba dirigiendo a mí. Quizá la haya oído; pero no había podido responderle. Eso me recuerda algo que leí en algún lado:
Mi amada es una columna de fuego que se mueve  sobre la tierra. Ahora me tiene abrazado. Empero, ella no arrastra a quienes abraza, sino a quienes la ven.”    
 
Fuente: "El País", "El Mundo", Wikipedia.

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